Esta Doctrina encierra todos los misterios del hombre y del universo. Nos invita a hacernos preguntas y ofrece las respuestas.
Cuando nos adentramos en ella comprendemos cómo las diferencias físicas, religiosas o de pensamiento que nos separan, sólo muestran la versatilidad que existe en las formas, y con ello nos impiden ver la unidad esencial que habita en ellas.
La Teosofía marca un camino, dejando en claro que este debe ser recorrido por cada uno de nosotros.
Da llaves maestras, como la «resiliencia» con las que aprendemos a mirar lo que sucede desde un ángulo diferente.
También enseña cómo el sentido que le damos a cada situación vivida y las palabras que usamos para definirlas marcan nuestro destino. No es lo mismo elegir decir castigo que oportunidad; no es igual deprimirnos que confiar en nuestras fuerzas.
Estudiando sus principios aprendemos que no debemos cuidarnos de los otros sino de nosotros mismos, reconociendo cómo nos afectan nuestras dudas, enojos, frustraciones y ansiedades y concienciando que todo lo que viene del exterior va a dañarnos en la medida en que dejemos que eso suceda.
Enseña cómo y por qué la protección se construye con pensamientos y emociones dirigidas hacia el bien común, poniendo en funcionamiento una palabra mágica: «nosotros».
Explica el valor de la «intención» como guía que atrae alegrías o desdichas.
Fundamentalmente la Teosofía nos ofrece una visión integral del hombre que permite responder 3 grandes preguntas: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Seguir leyendo